ICONOGRAFÍA DE LA VIRGEN DE LOS MILAGROS. Para conocer mejor la historia de nuestra Patrona.

 


La imagen de la Virgen de los Milagros, de pequeñas dimensiones, está tallada en madera de alerce (tipo de conífera frecuente en Centroeuropa y de madera rojiza, dura y rica en resinas. Según el Profesor Francisco González Luque, “pertenece al modelo iconográfico de Virgen Majestad, sedente y entronizada, con el Niño Jesús en disposición lateral respecto a su madre”

En la restauración efectuada en 1979 por el Profesor Arquillo, se vino a demostrar que el moreno no era el color original de la imagen. Por medio de estudios estratigráficos y microscópicos comprobó que la faz original era clara, con una encarnadura blanca bajo la oscura y que se fue ennegreciendo con capas sucesivas. Posiblemente la costumbre de asemejarla a los iconos bizantinos de tez morena de moda en el siglo XIV o la interpretación del Canto Primero del Cantar de los Cantares “Soy Negra pero hermosa» hiciera que la talla fuera virada al color negro; también pudiera ser que los barnices aplicados para su protección acabaran dándole ese aspecto.
Con el paso del tiempo la imagen sufrió mutilaciones y transformaciones, afectando a su fisonomía y desvirtuando el modelo original, pasa a ser enfundada en una urna de plata; desaparecen manos y niño originales, y es representada lujosamente vestida y enjoyada, con manos y niño blanco posteriores, en posición frontal y de diferente estilo al original.
En 1991 se organizó el Congreso “María Santísima de los Milagros entre la Historia y la Leyenda”. Organizado por la Comisión de las Bodas de Diamante de la Coronación Canónica de la Virgen. Los organizadores argumentaban que la devoción de los portuenses hacia esta imagen mariana está presente en la historia y la leyenda de nuestra Ciudad, desde sus orígenes recientes en el siglo XIII; y son muchas las manifestaciones artísticas, en todos sus aspectos, con ella relacionadas. Por esta razón, consideraron oportuna la conmemoración de esta fecha, para realizar una reflexión profunda y científica sobre este tema, así como propiciar un debate entre investigadores, que ofreciera unas conclusiones claras sobre la influencia del culto a la Virgen de los Milagros, desde sus orígenes, en El Puerto así como sus consecuencias artísticas, literarias, etc… conclusiones que creemos son interesantes para la comprensión de nuestra historia.

Por tradición, primero, sabemos que nuestra Patrona, la Virgen de los Milagros, se apareció al rey Alfonso X (narrada en la Cantiga 368) durante la batalla de Jerez, en 1231. Esta cabalgada tenía por objeto la reconquista de la villa de Alcanate, nombre árabe de El Puerto, en poder del emir Ibn Hud. Para el Profesor Manuel González Jiménez, en 1253 ya había un asentamiento importante de castellanos en El Puerto, los mismos que ayudaron a huir al Infante Don Enrique. Días antes de morir, ocurrida en abril de 1284, el rey Alfonso X otorga favor de ampliar el término territorial de la villa hasta la ermita de Sidueña. Según la leyenda, es muy probable que la aparición de la Virgen se refiriera al descubrimiento de la talla de una virgen sedente que fuera ocultada en 1146 por los mozárabes que abandonaron la ciudad a la llegada de los almohades. Antes de huir, como documenta Simonet, escondieron imágenes y objetos de culto. Esta fecha coincide con la datación de 1169 según la técnica del carbono 14 de la imagen de Nuestra Señora de España, y que explica Javier M. de Lucas Almeida, restaurador y conservador del Museo Municipal del Puerto de Santa María, en un magnífico trabajo titulado: “Nuevas aportaciones al estudio de Nuestra Señora de España”
Extracto de un texto de Álvaro Rendón Gómez


Recientes son las "Teorías llamadas Simbolistas" en cuanto que tratan de justificar ese color negro mediante una asociación con el de la tierra que, fecundada por el sol, es fuente de vida y, por tanto, equiparable a la maternidad de la Virgen María. Esta interpretación entronca con la de los seguidores del filopaganismo al defender la vinculación de esa tez oscura de la Madre de Dios con la pervivencia de cultos a deidades femeninas de carácter clónico asociadas a la Madre Tierra y la Fecundidad (léase el matriarcado en el neolítico, la Isis egipcia, la Astarté fenicia y otras de la mitología grecorromana). E incluso el planteamiento de si las Vírgenes negras del sur hispánico no serían producto de un “culto esotérico al principio del eterno femenino” asociándolas al pasado tartésico.
Comentario del profesor Francisco González Luque

Investigación:

La Virgen de Atocha (del pintor Miguel Jacinto Meléndez) está considerada casi como una segunda patrona de Madrid y muy venerada por los monarcas españoles y por el pueblo desde el siglo XVII. Es una pequeña escultura de la Virgen negra aparece vestida con un enorme traje de seda blanca con adornos de flores y, a través de dos pequeños orificios aparecen la cabecita del Niño Jesús y la mano derecha de la Virgen que sostiene una manzana de oro. Una corona y un rico cintillo cuajado de piedras preciosas en torno a su rostro y un doble halo de rayos dorados agrandan el tamaño de la imagen.


Preguntas:
¿Tiene relación con nuestra Patrona?
La persona que encargó el cuadro se llamaba Magdalena Dumont, ¿podría tener ascendencia portuense?
¿El pintor Meléndez la copió de la imagen de nuestra Patrona?

Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Santa Cecilia

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