El Museo del Prado incorpora a sus salas un nuevo relato del Decamerón. 30 octubre 2024

 

'Cimón encuentra una doncella', Johannes Hispanus h. 1495. Óleo sobre lienzo. / Depósito del Centro de Estudios Hispánicos en el Museo Nacional del Prado . Ifigenia sentada en el suelo, vestida y dormida, junto a una fuente.

El Museo Nacional del Prado ha recibido en depósito dos lienzos cuatrocentistas dedicados a la historia de Cimón e Ifigenia, una de las novelas incluidas en el 'Decamerón' de Boccaccio. Ambas pinturas fueron realizadas en Florencia a finales del siglo XV por Johannes Hispanus. Autor español muy relevante en la Italia cuatrocentista pero poco conocido según la pinacoteca, trabajó de manera errante por la Italia septentrional y central a finales del siglo XV y comienzos del XVI. Su creación más célebre es una Deposición en el sepulcro, autógrafa, que se custodia en la Colección Saibene de Milán. Los trabajos ahora depositados en el Prado corresponden a la primera etapa florentina de su periplo italiano, en la que estuvo muy vinculado al taller de Perugino y trató de subrayar la calma silenciosa de sus paisajes y la atmósfera encantada que rodea a sus personajes.

Se trata de dos lienzos excepcionales ya que, en ambos, se aúna la autoría de un pintor español activo en la Italia cuatrocentista. La temática también tiene su interés al ser profana y salir de una obra literaria de importancia que se une al hecho de que se mezcle con las doctrinas neoplatónicas que circulaban en los círculos humanistas de la Florencia de finales del siglo XV.
Las piezas están dedicadas a la historia de Cimón e Ifigenia, una de las novelas incluidas en el Decamerón de Boccaccio.

‌Al ver las imágenes de las telas, hay poca duda de su calidad y la ansiedad por publicarlo en el blog de   la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia inmediatamente. 

 

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Ifigenia yace semidesnuda junto a una arboleda ante la mirada obnubilada del caballero. Esta traslación pictórica de la historia de Boccaccio deriva de los mencionados círculos del neoplatonismo florentino, que defendieron el poder redentor de la belleza, sobre todo de la femenina, como símbolo de perfección y verdad.


El relato breve, resumido, es que Cimón, un noble pero inculto joven chipriota, se encuentra con Ifigenia, se enamora, y decide convertirse en un noble educado en la filosofía, pero también en las artes de la guerra, para conquistar su amor. Al ser rechazada su petición de mano porque ya estaba comprometida por otro noble, emprende una batalla que implicará hasta un secuestro por ¿amor?


Cimón ante la belleza de Ifigenia, que se asusta al verlo, hace que solicite a su padre Aristipo un preceptor para que lo eduque y lo convierta en un hombre “civil”. De este modo Cimón llega ser un buen filósofo, un sabio y experto no solo en ciencia, sino también en el arte de la guerra y en el uso de las armas, hasta el punto de que no había hombre tan valiente en Chipre. Cuando le pide al padre de Ifigenia la mano de esta en matrimonio, aquel le informa de que ya ha sido prometida a un noble de Rodas, Pasimundo, que viene a buscarla en barco. Cimón, impulsado por el amor a Ifigenia, ataca el barco que la transporta y la secuestra. Una tormenta los arroja a las costas de Rodas, donde son apresados y encarcelados. Ifigenia es liberada para casarse con Pasimundo, pero el magistrado Lisímaco pone en libertad a Cimón para que le ayude a rescatar a su amada, que es la prometida del hermano de Pasimundo, y en el enfrentamiento armado que tiene lugar, Cimón da muerte a Pasimundo, recuperando de nuevo a Ifigenia. Finalmente arriban a Chipre donde se casan y Cimón es honrado y alabado por los chipriotas.

Muchos teóricos de este relato plantean que todo lo que hace Cimón se justifica por el amor transformador. Es decir, de alguna manera ponen en valor que un hombre sea capaz de cambiarlo todo por una mujer. Y no al revés. Por otro lado, con tal de hacerla suya, es capaz de ir hasta la guerra, cueste lo que cueste. De alguna manera también ejemplifica la frase "el que la sigue la consigue" con toda la problemática que encierra este dicho.

Fuente: Wikepedia, El País, Ana Marcos.

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Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Santa Cecilia

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