Las canciones de Bilitis, es una colección de poemas traducidos del griego.


La intención del editor se centra en la música, que podrán escuchar en los vídeos que ilustran la "entrada".
En 1894 Pierre Louys publicó Las canciones de Bilitis, una colección de poemas eróticos traducidos del griego, divididos en bucólicas, elegías y epigramas, los cuales habían sido escritos por una poeta griega de la isla de Lesbos. Poco tiempo después, la crítica y los especialistas descubrieron el engaño: Bilitis no fue su autora, ni mucho menos había nacido en Lesbos, ni fue contemporánea de Safo como se creía a partir de las indicaciones dadas por Louys en la biografía apócrifa que abre su libro. El juego del autor francés es hoy anecdótico, pueril quizá, mas no exento de gracia. Acrecentó en todo caso los matices de un libro que hoy resulta imprescindible y casi sagrado por la experiencia estética inolvidable que logra poner en evidencia, sobre todo porque dicha experiencia despliega el registro de una vida como flujo del erotismo.

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Un recorrido por algunos de los cuadros de pintor Steve Hanks

Bilitis nunca existió. Es mejor así. El cumplimiento mítico, el encantamiento de sus palabras son completamente ajenos a la relevancia de una realidad histórica. Lo que importa son los énfasis de la carne, el deseo, el amor. Las canciones de Bilitis exponen el esplendor y la ruina del cuerpo, la existencia y su espectro erótico. Describen la vida de una mujer, cualquier mujer: una campesina, una cortesana, una prostituta, ¿qué importa qué haya sido? Señalan su piel, sus anhelos, su dolor, su belleza, su ocaso.

Bilitis es la mujer ennoblecida por su mortalidad, ese fracaso en el cual todos caemos. Ama como aman los dioses que saben su pérdida, y en esa plenitud el libro ilustra con suficiencia los goces de Eros. ¿Será el amor una ausencia? ¿Búsqueda y espera de lo amado? En este libro, Louys logra consolidar en varios escenarios y temporalidades una erótica que fluye hacia su hundimiento. Sí, vertiginoso, colmado por los obsequios del triunfo de la carne y la mortalidad. Bilitis, amante dichosa y sufriente. Sed, profundidad, desequilibrio, goce, sufrimiento, risa, nostalgia. Dones de pétalos, besos de musgo, vinos ocres sobre labios de fuego.

Demarcan estas canciones una intensidad expositiva contundente. Nunca decaen, nunca fatigan. La condensación de las palabras hacia una sutil tensión –el erotismo es siempre tensión– que modula el tiempo, el límite y la carencia. Bilitis representa la promesa de la vida, ondulante sucesión de ofrecimientos que se diluyen entre la carne y su evasión. Besos dados y perdidos conjugan el anhelo, esa liviana espera y sucesiva búsqueda diluida entre los días del fértil entusiasmo y las ruinas del alma abandonada. El amor, ese espectro que no cura el vacío de donde nace siempre: equívoca margen del cuerpo, inextinguible sed del espíritu. El amor se traduce en melancolía, en la presencia radical de nuestros límites.

Una mujer se envuelve en lana blanca. Otra se viste
de seda y de oro. Otra se cubre de flores, de hojas verdes de uvas.

Yo sólo sabría vivir desnuda. Amante mío, tómame
como soy sin ropas, ni joyas ni sandalias, he aquí Bilitis tal como es.

Mis cabellos son negros de su negrura y mis labios rojos
de su rojo. Mis bucles flotan a mi alrededor libres como plumas.

Tómame tal como mi madre me hizo una noche de amor
lejana y, si te gusto así, no olvides decírmelo.

En ellos Louÿs despliega toda su erudición y su conocimiento de los textos poéticos griegos. Es el amor por la lengua, un estilo sencillo que permite desplegar una gran fuerza al servicio de la sensualidad y del amor sáfico. Aunque la mayor parte de Las canciones de Bilitis son originales, bastantes poemas son epigramas reconstruidos de la Antología Palatina y algunos versos están tomados de la propia Safo. Los propios poemas son una mezcla de lánguida sensualidad y un estilo muy acabado a la manera Parnasiana, aunque hay cierto subtexto galo del que Louÿs no pudo desprenderse del todo.
Al igual que sucede con la mayor parte de sus obras, Pierre Louÿs completó las Canciones de Bilitis con otros poemas en prosa del mismo tipo, pero en los que se acentuaba el aspecto erótico. Estas Canciones secretas de Bilitis sólo se publicaron después de la muerte del autor. 
Tienen marcadas influencias de los poetas griegos, los latinos del Cantar de los cantares bíblico y de poetas árabes como Al-Nafzawi.

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Bilitis por la Orquesta "La Francis Lai"  (Del concierto: 13 Días en Japón -en directo desde Tokyo)

Fuente: Wikipedia
El vuelo de la lechuza, Alfredo Abad, 6 oct. 2019


Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Santa Cecilia

Comentarios

  1. La música ya la había escuchado antes, y es muy bonita.
    Los científicos dicen que lo que mueve el mundo es la fuerza gravitatoria del universo, pero nosotros, como eso se escapa a nuestro entendimiento como seres mortales, creemos que, al menos aquí en la tierra, lo que nos mueve es el dinero, y por encima del dinero debería estar el amor, pero no, lo que está por encima del dinero es el SEXO, y no solo porque perpetua las especies y mueve más millones de € que cualquier otra cosa, sino porque durante la mayor parte de nuestra vida es lo que más ocupa nuestra mente, nuestros deseos y fantasías. La curiosidad también es importante, pero solo para los científicos. Nada mejor que el erotismo y la seducción para anular nuestra capacidad de controlar nuestros deseos. Interensantísimo.

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