Retrato de Maria Teresa de Borbón, Condesa de Chinchón, de Francisco de Goya.

 

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El retrato de Maria Teresa de Borbón y Vallabriga, XV Condesa de Chinchón y Marquesa de Bobadilla del Monte (1780-1828) fue pintado por Francisco de Goya  en abril de 1800, pocos meses después de realizar el gran retrato de la Familia de Carlos IV.

Doña Maria Teresa, se casó con Manuel Godoy, Primer Ministro y Príncipe de la Paz, por numerosos intereses, sobre todo por el de poder regresar a la Corte y recuperar para ella y su familia el apellido Borbón con todos los honores que esto llevaba aparejado. Su padre, el infante don Luis de Borbón, hermano de Carlos III, y toda su familia, habían sido separados de Palacio por el matrimonio morganático que realizó con doña Maria Teresa de Vallabriga y Rozas.

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Detalle de la obra

La obra, de una belleza singular, con una armonía relajada, de tensión contenida, nos muestra a esta delicada dama, de actitud y mirada melancólica, que acepta su forzado destino. Tenía veinte años y estaba encinta de su primera hija, la infanta Carlota. Con sus brazos crea un espacio, más o menos en forma de rombo, que parece resguardar su embarazo con gran candidez. 

La puesta en escena del personaje es sencilla, no existen elementos accesorios, tan sólo el sillón en el que reposa. La pintura es de realización muy rápida y trazos muy intensos que marcan el ritmo del plegado de la tela de su vestido y de la direccionalidad del mismo. Ciertos empastes de blanco en las zonas más sobresalientes, a modo de acentos musicales, marcan la situación de las rodillas, su embarazo, su pecho, y hacen vibrar la superficie cromáticamente. La soltura en el manejo del pincel es total, hasta en los más mínimos detalles: los anillos –en el más grande de ellos se representa a Godoy-, y el tocado, con las espigas verdes de trigo entre los lazos azules y la gasa blanca. Este dominio de la técnica que reúne simplicidad, al mismo tiempo  detallismo, y la placidez con la que reposa, .

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Detalle del cuadro

La perfecta armonía de esta obra contrasta con los secretos que guarda en su interiorEsta obra tiene su explicación, La condesa de Chinchón tiene tres retratos, uno encima de otro. Detrás de ella está José Álvarez de Toledo. Y encima de éste, Manuel Godoy. Álvarez de Toledo estaba casado con la duquesa de Alba, la famosa Cayetana de la época de Goya. ¡Igual ésta no quería más retratos suyos cuando murió! Y Godoy se casó con la condesa de Chinchón, en matrimonio de conveniencia.
Reutilizó las telas para aprovecharlas y economizar recursos. Le dio la vuelta al cuadro y pintó a la condesa en el otro sentido, dejando a los señores boca abajo. Ambos estaban terminados cuando Goya dio la vuelta al lienzo y los ocultó, pintando encima uno de sus mejores retratos.

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Avance de la restauración de La condesa de Chinchón, de Francisco de Goya (1800)

El lienzo estuvo en manos de los descendientes de la condesa, la familia Rúspoli, hasta enero de 2000, fecha en que el Estado ejerce su derecho de tanteo, que le da prioridad sobre cualquier otro comprador, y lo adquiere para el Museo del Prado por 4.000 millones de pesetas, algo más de 24 millones de euros. Es el mejor retrato que hizo Goya. El titular de Cultura era entonces Mariano Rajoy.  


Francisco de Goya y Lucientes, 
Fuendetodos, Zaragoza, 1746 - Burdeos (Francia), 1828

Nació accidentalmente en Fuendetodos, pueblo de su familia materna. Braulio José Goya, dorador, de ascendencia vizcaína, y Gracia Lucientes, de familia campesina acomodada, residían en Zaragoza, donde contrajeron matrimonio en 1736. Francisco fue el cuarto de seis hermanos. Tras la escuela, que la tradición acepta con reservas como la de los padres escolapios de Zaragoza, entró en el taller de José Luzán (1710-1785), hijo también de un dorador vecino de los Goya, de formación napolitana y vinculado a la Academia de Dibujo.
Javier Goya, en las notas biográficas sobre su padre para la Academia de San Fernando (1832), aseguraba que “estudió el dibujo desde los trece años en la Academia de Zaragoza bajo la dirección de José Luzán”, y Goya, en la autobiografía del catálogo del Museo del Prado (1828), decía que le “había dado a copiar las más bellas estampas que tenía”, aunque no hay apenas en sus primeras obras conocidas huellas del estilo tardo-barroco de aquél. Más adelante siguió su formación con Francisco Bayeu Subías (1734-1795), relacionado por lejano parentesco con los Goya, y que, años después, sería su cuñado por esa unión tradicional entre familias de artistas.

Fuentes: Museo del Prado, Wikipedia, Youtube
Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Santa Cecilia

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