13 de abril. Día Internacional del Beso
Cada 13 de abril se celebra el Día Internacional del Beso, una fecha que va mucho más allá de la simple manifestación de afecto. Este gesto, tan común como profundo, es capaz de provocar una verdadera revolución emocional y física en el cuerpo humano. Aunque el beso se asocia con el amor romántico, su impacto alcanza diversas áreas de la salud mental y emocional. Desde aliviar el estrés hasta reforzar vínculos afectivos, besar no solo es una expresión de cariño, sino también un poderoso modulador del bienestar psicológico.
Aunque estos efectos suelen asociarse al beso romántico, otros tipos de besos, como los que se dan entre familiares o amigos cercanos, también generan beneficios similares, especialmente cuando hay una fuerte carga emocional o un lazo afectivo consolidado. En todos los casos, el beso actúa como un canal de consuelo, alivio y contención emocional.
Este vínculo no se limita únicamente al plano romántico. Besar a un hijo, por ejemplo, refuerza el sentimiento de seguridad en el niño y alimenta su desarrollo emocional. Los besos entre amigos íntimos o familiares también consolidan relaciones profundas y afectuosas, fortaleciendo redes de apoyo emocional esenciales para la salud mental.
En definitiva, el beso es un gesto universal que trasciende culturas y generaciones. Su poder psicológico radica en su capacidad de generar bienestar, reducir tensiones y consolidar relaciones humanas. En un mundo que a menudo subestima lo afectivo frente a lo racional, recuperar el valor del beso es también una forma de cuidar nuestra salud emocional.
Besos en el cine. Cine Paradiso
Cinema Paradiso fue una de las películas más galardonadas de 1988, su principal premio comercial fue el Oscar de Holywood, pero también fue premiada en festivales más cinéfilos como el de Cannes dónde su director obtuvo el premio especial del jurado o el festival de Berlín de 1990 dónde la película se llevo el premio a mejor película extranjera. Pero Cinema Paradiso no olvida la máxima de que el cine es arte y en esta película se habla y se muestra destellos de espíritu artístico
Cinema Paradiso habla principalmente de sentimientos y lo hace de una forma bella y positiva. Habla de amor con una historia que se tuvo que convertir en platónico una vez que ya había sido empírica, nos referimos a la relación entre Elena y Totó. Una relación de amor verdadero en la que los dos realmente se querían.
Habla en definitiva de la vida y de la lucha por vivir y de cómo las circunstancias no se deben interponer en la consecución de aquello que hemos sido capaces de imaginar para nosotros mismos.
Secuencia del beso en el película "Cinema paradiso" versión italiana.
Final de la Película
Besos en la literatura:
GAYO VALERIO CATULO. (87-54 a. C.)
Tal vez el mejor poeta de la literatura amorosa latina. Y el más influyente. Se cree que Catulo nació en Verona. Se supone que su familia estuvo próxima a Julio César, a quien critica con descaro. Se estableció en Roma hacia el 62 a.C., donde se unió al grupo de los poetas neotéricos, jóvenes escritores que emulaban las formas métricas de los poetas griegos de Alejandría (Egipto). Entre ellos, Helvio Cinna, Licinio Calvo, Valerio Catón, Cornificio, Furio Bibáculo y los eruditos Marco Terencio Varrón o Cornelio Nepote. Lo poco que ha trascendido de él gira en torno a su relación con la mujer de su vida literaria: Lesbia, un nombre supuesto según la moda, que pudo ser Clodia, la hermana de Claudius Pulcher, implicado en algunos escándalos de corte de la época.
Sus Poemas a Lesbia, desgranan las fases del amor que consagran los poetas helenísticos: fascinación, éxtasis, crisis y separación (depresión, rechazo etc.). Su amada por sus textos se imagina el prototipo de “mujer fatal” –bella, culta, sugestiva, pero independiente, ergo infiel-, que induce a la perfección las fases amorosas. No obstante, cabe suponer que la mayor parte de los poetas se inventa las partes de su vida que no están a la altura de su imaginación. En cualquier caso, los poemas sobre Lesbia han mantenido su atractivo generación tras generación. En ellos, se observa el trayecto de la felicidad a la infelicidad y el rencor, expresados con sensibilidad y progresiva ironía y acidez. Al mismo tiempo nos transporta a un mundo erótico y pasional.
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, dinde centum.
("Dame mil besos, seguidos de un ciento
luego otros mil, luego un segundo ciento
luego otros mil seguidos, luego un ciento").
De esta manera, Catulo se dirigía a su amada en el Carmen V, que millones de estudiantes europeos leen todavía, identificándose con esa misma tristeza. Contra los censores de todos los tiempos, Catulo se lanzaba en busca del amor que concebía como una experiencia vital fundamental.
VIVAMOS ¡Oh! Lesbia mía y amemos;
los rumores severos de los viejos
que no valgan un as todos juntos.
Los soles pueden declinar y reaparecer.
Nosotros, apenas hayan declinado nuestra breve llama
tendremos que dormir una bella noche perdurable.
Se pone y sale el sol, mas a nosotros,
apenas se nos pone la luz breve,
sola noche sin fin dormir nos toca.
Pero dame mil besos, luego ciento,
después mil otra vez, de nuevo ciento
luego otros mil aún, y luego ciento…
Después, cuando sumemos muchos miles,
confundamos la cuenta hasta perderla,
que hechizarnos no pueda el envidioso
al saber el total de nuestros besos.
Se cree que murió joven, puede que a la edad de 30 años. La influencia de la poesía de Catulo no sólo se puede apreciar en la poesía amorosa de los poetas latinos posteriores, como ocurre con Ovidio y Horacio, sino también en los epitalamios de los poetas ingleses del renacimiento, como Robert Herrick, Ben Jonson y Edmund Spenser, y en los neoclasicistas españoles del siglo XVIII, como Meléndez Valdés y Lista.
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Nino Bravo - Un Beso Y Una Flor 1972
Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Santa Cecilia
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