En recuerdo del poeta, Salvador Cortés Nuñez
| Salvador Cortés, miembro de la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia |
He tenido el honor de ser elegido por el Presidente de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia para representarla en este acto de Homenaje a Salvador Cortés Núñez, miembro de la Junta Directiva desde el año 2008 hasta su prematura muerte en agosto de 2019, he de decir que no por mis méritos, más bien, por la amistad que nos unió durante más de 20 años.
RETAZOS DE UNA BIOGRAFÍA.
Salvador Cortés Núñez, más conocido por “El Chigüi, amigo del peregil” su alter ego literario, nos decía que, los que tienen apodo viven más porque la "Parca" se confunde cuando viene a buscarlos, dudando de si el apodo corresponde o no al nombre de pila. Y mientras lo averigua, el gitano se escapa de morir.
Gitano audaz y valiente, tocado por la gracia y la curiosidad, igual hablaba de la teoría de la relatividad de Einstein como de los orígenes del pueblo gitano. Siempre magnificó las bondades con el mismo rigor que repudiaba la injusticia.
Buscador de sus ancestros, descarta su origen en los egiptanos a pesar de su parecido con Ramsés; se cree oriundo de la India pero se pierde en el laberinto de su búsqueda. Su avidez por aprender era tan fuerte como su espíritu de servicio. Que se leía hasta los anuncios para crecer en su inmensa cultura. Era poeta, escritor, buen conversador, educado y respetuoso sin par. Un personaje único e irrepetible.
Escribió 4 libros con esa sencillez y capacidad para crear historias y personajes prodigiosos.
Le caracterizó el temple que tan solo se alcanza en la fragua. Su alma gitana y andaluza de sangre universal corría por sus venas. Perteneció a la nobleza de la estirpe gitana descendiente de patriarcas de dos grandes sagas familiares: Los Cortés y los Núñez.
Qué se puede decir de alguien que acumuló tantos méritos, que fue tan humano? tan discreto que siempre rehusó el protagonismo. Se fue en silencio, pero su recuerdo y su obra permanecerán en nosotros para siempre.
En su memoria vamos a ver un vídeo donde relata el descubrimiento del espíritu Arbolín. También es excelente, la anécdota del burro Liviano (me estremece la despedida, cuando Liviano vuelve la cabeza y lo mira y Salvador lo mira a él y los dos salen llorando).
Descubrimiento del espíritu Arbolín "Presentación del libro: Un fantasma anda suelto por El Puerto"
Un día le pedí que escribiese su visión de nuestra Academia y como siempre fue original. Transcribo parte del escrito:
La Academia como fundación cultural, disfruta, padece, goza y sufre de los mismos síntomas y posturas que son normales, y aún diría más, exclusivo a todos los españoles, andaluces y portuenses.
Esta postura de los individuos, consiste en no ser nunca dual ni polifacético, salvo excepciones. Por lo general se tiene una idea fija, que siempre es mejor que la otra, se pertenece a un grupo y se es contrario al otro. Yo defiendo a Alberti y tengo que ser contrario a Tejada y si alabo a Tejada es para criticar y maldecir a Alberti. Si soy ateo he de pensar y tomar posturas contrarias a los cristianos y si soy de aquí tengo que ser contrario a los de allí.
La Academia de BB.AA. Santa Cecilia, ha demostrado que estos pensamientos no son endémicos ni prevalecen en ella. Por el contrario la forma de pensar y actuar de la institución, es abierta, polifacética y altruista.
El mejor ejemplo de esta postura abierta, desinteresada y distendida la he gozado en mis vivencias en la Academia, “Yo soy el Chigüi, el amigo del Peregil” gitano, defensor y amigo de la gitanería, vendedor ambulante en los mercadillo de la provincia etc. etc. y lo describía con estos versos:
“Yo soy un gitano estudiao,
y en los curas me han domao.
Hoy es culto muy discreto
el que era un analfabeto”
Con este historial y currículum, entré en la Academia y me maravillo del respeto, el cariño y la sapiencia con que me tratan. Para cualquier decisión importante se me pide opinión y parecer.
Participo en cualquier evento a la altura del que más, yo diría que más que el que más, pues muchas veces en “Los Martes de la Academia” para dar las conferencias han traído a catedráticos de fuera, Doctor en Tal y Tal, eminente científico de la Universidad Tal.
Entonces mi amigo Arbolí, (al que su desmedida imaginación ha confundido con ARBOLÍN, uno de sus espíritus protectores), me llama ¡Salvador ven! Y dice: Doctor aquí le presento a Salvador Cortés. Y este eminente hombre ha entablado una conversación conmigo en igualdad de condiciones, yo diría que más a gusto y entusiasmado que si estuviera con otro de más nivel cultural, de tal manera que se ha distendido la conversación entre nosotros y ha hecho falta la presencia de algunos de los directivos para que el profesor terminara conmigo y pudiera seguir atendiendo a los demás asistentes. Todas estas actividades nos acercan más a todos aquellos ciudadanos que por una causa u otra han estado fuera de nuestras lindes.
“Yo el Chigüi, amigo del Peregil”
No quiero terminar esta breve semblanza sin comentar uno de sus poemas, Libertad, (La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos) Cervantes. Pertenece al poemario “Alma gitana” Ya la portada nos indica con la bandera (azul y verde y la rueda) el resumen de una fructífera vida en defensa de sus orígenes. Firma “Yo el Chigüi, amigo del Peregil” y ¿quién es ese amigo? el Dr. Juan Pérez Gil, único en su especie, así consta en la dedicatoria de uno de sus libros: un personaje fruto de su prodigiosa imaginación. El libro es un canto a la amistad.
Un río para lavarme
un jato para dormir
un puente para taparme
y un campo para vivir.
Un camino y una senda,
un puerto donde llegar,
y en el corazón del viento
un sueño de libertad.
Gitano libre soy,
es mi destino el andar,
y en el camino desgrano
el alma de mi cantar.
Sinsabores y desgracias,
persecuciones y huidas,
me van siguiendo los pasos
y cerrando mis heridas.
Encuero y descalzo vivo,
pero nunca miro atrás,
llevo en las manos grandeza
y en el alma libertad.
Sé que sus hijos son los responsables de mi participación en este homenaje y se lo agradezco de corazón porque, he tenido la oportunidad de expresar mi cariño y admiración por una de las personas más cabal y honrada que he conocido en este mundo intangible donde viven las almas generosas capaces de ayudar a los vivos.
Gonzalo Díaz Arbolí
Académico de Bellas Artes Santa Cecilia
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