La legendaria rivalidad entre Turner y Constable

 



La exposición Turner and Constable: Rivals and Originals, en Tate Britain (27 de noviembre – 12 de abril), aprovecha el 250º aniversario del nacimiento de ambos para desmontar ese falso duelo. En lugar de rivalidad, revelados trayectorias que se reforzaron mutuamente y que, juntas, transformaron el paisaje británico del siglo XIX

Un alumno copia obras de la exposición sobre Turner y Constable, en la Tate Britain.TOLGA AKMEN (EFE)


Durante décadas, la historia del arte ha narrado la relación entre J. M. W. Turner y John Constable como un enfrentamiento épico: fuego contra agua, poesía frente a verdad, pasión contra minuciosidad. Críticos, historiadores y el imaginario popular alimentaron la idea de que había que elegir un bando.

Al arte le encantan las rivalidades, recuerda Amy Concannon, comisaria de la muestra. Como Leonardo y Miguel Ángel o Picasso y Matisse, Turner y Constable han quedado grabados como opuestos. Turner, el explorador de la luz y el color; Constable, el pintor profundamente inglés de los paisajes rurales.

Sin embargo, la exposición muestra cómo ambos fueron, a su manera, revolucionarios. Críticos como Ruskin defendieron ferozmente a Turner —hasta criticar sus obras tardías—, mientras despreciaban a Constable, cuyo estilo acabaría influyendo en el paisajismo moderno francés.
La exposición reúne 190 piezas, algunas poco vistas en el Reino Unido en décadas. Entre ellas:
   
      El incendio de las Casas de los Lores y los Comunes de Turner, una explosión de luz y dramatismo.


El caballo blanco de Constable, una obra icónica que vuelve desde la colección Frick de Nueva York

Pero más allá de los grandes lienzos, son las pequeñas joyas —acuarelas, estudios del cielo, cuadernos de viaje— las que permiten ver la evolución íntima de ambos artistas.

El Turner maduro, capaz de convertir el Castillo de Norham en un amanecer casi abstracto, anticipa la modernidad con veladuras de luz que recuerdan a la pintura contemporánea.
Constable, por su parte, lleva la observación de la naturaleza al extremo. Sus estudios de nubes, inspirados en la clasificación del meteorólogo Luke Howard, revelan una obsesión casi científica por captar la luz cambiante del cielo inglés.

La vida de ambos parece concebida para contraponerse:
Turner, hijo de un barbero londinense, tuvo una carrera precoz y viajera. Expuso en la Royal Academy a los 15 años.
Constable procedente de una familia acomodada de Suffolk, luchó por el apoyo familiar y tardó una década más en lograr ese mismo reconocimiento.

Aun así, ambos compartieron un objetivo: convertir el paisaje en una categoría mayor, en un arte con voz propia en plena Inglaterra industrial.
La muestra en Tate Britain invita a mirar más allá del mito del enfrentamiento. Turner y Constable no solo fueron contemporáneos: fueron pioneros de una nueva forma de entender el paisaje, testigos de un país en transformación y artistas que, desde caminos distintos, se influyeron más de lo que nunca reconocieron.
Su rivalidad fue, en realidad, un diálogo silencioso que definió una época.

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Biografía y obras del pintor William Turner




JOHN CONSTABLE - LA PINTURA INGLESA DE PAISAJE DEL SIGLO XIX
Fuente: RAFA DE MIGUEL|Londres

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