Con nuestro deseo de un próspero Año Nuevo
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| Campanilleros de Aracena |
Los campanilleros tienen una larga y antigua proyección popular. El nombre está asociado a unos hombres, campesinos en su mayoría, que iban tocando unas campanillas con cuyo sonido recordaban a sus vecinos de cada pueblo que debían sumarse en procesión a la Misa del Alba para el rezo del Santo Rosario. Ello sucedía a finales del siglo XVII y el XVIII, muy en concreto en comarcas andaluzas y extremeñas. Unos coros y acompañamiento de guitarras ponían un fondo de música popular a las canciones que iban desgranando los fieles. Así que, entrando a desmenuzar este cante, en primer lugar hay que destacar que reciben su nombre de las campanillas que usaban para su acompañamiento los ‘aurores’ - que es el nombre que recibían los integrantes de los coros de Rosarios de la Aurora-, quienes con guitarras y algún elemento de percusión, conformaban la orquesta sobre la que se sostenían su melodías y cadencias rítmicas, acompañadas en compás de 3x4 e interpretadas en modo menor. Y en lo que concierne a la composición y su estructura métrica, hay que destacar que no tiene una construcción sencilla sino que, al contrario, es bastante compleja.
Bajo una arquitectura de siete versos de rima asonante, se alterna la métrica decasílaba y endecasílaba, siendo el quinto verso un verso asimétrico al estar compuesto de cinco sílabas. Este hecho es que muchos consideran que lo hace asemejarse en su composición, salvando las distancias, a las del cante por siguiriyas, pero no hay que olvidar ni dejar de lado los tintes afarrucados que también posee en su estructura musical. A lo largo de la historia, han sido muchos los artistas que han incluido estos cantes en sus antologías y discografías, sobre todo la realizada por Manuel Torre, y mencionarlos a todos sin que se quede ninguno fuera sería poco menos que imposible. No obstante, el hecho de que se haya encorsetado a la Navidad su vertiente más aflamencada ha provocado que vayan pasando de generación en generación a través de la transmisión oral, al igual los villancicos que se cantan en las Zambombas más tradicionales. A modo de ejemplo, vamos a quedarnos con la primera versión de los Campanilleros grabada en pizarra en 1923, Manuel Torre, (un cantaor legendario nacido en 1878 y fallecido en 1933, Jerez de la Frontera).
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Primera versión de Los Campanilleros grabada en pizarra en 1923, original de El Niño Ricardo.
…y dice así, en una de las coplas más difundidas y transmitidas como letra tradicional:
A la puerta de un rico avariento
llegó Jesucristo y lismona pidió;
y anigual de darle la limosna
lo perros que había se los achuchó;
y Dios permitió
que al momento los perros murieran
y el rico avariento pobre se quedó.
Dos pastores corrían pa un árbol
huían de una nube que se alevantó;
cayó un rayo, a nosotros nos libre,
y a uno de ellos lo acarbonizó;
pero al otro no,
que llevaba la estampa y reliquia
de la Virgen pura de la Concepción.
Si supieran la entrada que tuvo
el rey de los cielos en Jerusalén;
que no quiso coche ni calesa,
sino un jumentito que alquilao fue;
quiso demostrar,
que tan sólo las puertas del cielo
divinas las abre la santa humildad.
Esta letra resume muy bien el carácter del cante: intimista, recogido y profundamente ligado al amanecer, al ámbito rural y a la religiosidad popular. En la versión de Manuel Torre, el cante adquiere una hondura especial, con un fraseo libre y dramático, apoyado en un toque sobrio que refuerza ese aire entre lo litúrgico y lo jondo que define a los Campanilleros aflamencados.
Gonzalo Díaz Arbolí
Académico de Santa Cecilia


Mi infancia de bruces!!!
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