CINE
LA NAVIDAD EN EL CINE II
Pero los tiempos cambian y
cambian las costumbres y la forma de ver las cosas y el respeto por las
tradiciones se va perdiendo y así vemos que a partir los años 60 del pasado
siglo XX, se producen infinidad de películas que no tienen nada que ver con
todo lo que les decía en mi colaboración anterior.
“Feliz
Navidad, Mr. Lawrence” (1.983), de Nagisa Oshima, “Gremlims” (1.984), de Joe
Dante, “Arma letal” (1.986), de Richard Donner, con Mel Gibson, “La jungla de
cristal” (1.988), con Bruce Willys, “Solo en casa”, I y II (1.991/92) de Chris
Columbus, con Macaulay Culkin, “Pesadilla antes de Navidad” (1.993), de Tim
Burton, que une la Navidad con la fiesta de Hallowen o “Feliz Navidad” (2005),
película francoalemana dirigida por el francés Christian Carion.
Tambien se hicieron películas
como “Santa Claus conquers the martians” (1.964), de Nicholas Webster, “Black
Chritsmas” (1.975), de Bob Clark, “Silent night, bloody night” (1.973), de Theodore
Gershuny, “Noche de paz, noche de muerte” (1.987), de Charles E. Sellier, “Terror
en navidad”, “Santa Claus” (1.997), de Jhon Russo, el que fuera guionista de “La
noche de los muertos vivientes”, de George Romero, “El reno perdido de Santa Claus”
(2.001), de Joshua Butler, películas en general de poca calidad la mayoría de
ellas, pero que en algunos casos se convirtieron en películas de culto.
Pero no solo en el cine
americano se daban estos cambios en las películas dedicadas a la Navidad,
también en el cine europeo se hacían estas mezclas extrañas entre navidad y
terror. Alex de la Iglesia dirige en 1.995 “El día de la bestia”, con Santiago
Segura, en la que los protagonistas evitaban el nacimiento, la misma noche de Navidad,
del anticristo, el hijo del diablo que debería de venir para instaurar el mal
en el mundo.
Y los cambios no se reducen a
la mezcla de géneros ó a la falta de respeto hacia la tradición, los cambios
reflejan la forma de asumir esta tradición por la sociedad como se puede ver en
la película francesa del director marsellés Robert Guediguian “Mi padre es
ingeniero” (2.003), una historia sobre la intolerancia y el racismo que exalta
el compromiso y la solidaridad y que supone un alegato contra el desencanto
político y social, pero sobre todo, lo que aquí nos interesa resaltar es esa
nueva mentalidad laica, antirreligiosa que impera en gran parte de la sociedad
pero que, inevitablemente debe coexistir, convivir, con esa otra parte de la
sociedad que se niega a renunciar a sus tradiciones y a sus creencias más
íntimas. Abundando en lo que anteriormente decíamos, en la misma película vemos
que, aunque su director es un comunista convencido, la película arranca con una
pastoral, con la evocación del Nacimiento de Jesús en el portal de Belén en la
que dos hombres adultos hacen de mula y de buey y tratan de dar calor con su
aliento a una Virgen helada por el frío
en una escena que seguramente hubiera encantado a nuestro Buñuel.
Jesús Almendros Fernández
Socio colaborador de la Academia
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