ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (346)
A VUELTAS CON
EL TURISMO
Como dice el refranero español: “nadie
escarmienta en cabeza ajena”, pero no estaría de más fijarnos en los que
nos han precedido en esta tarea, para aprender de sus aciertos y tratar de no
cometer los errores que ahora, costosa y difícilmente, tratan de corregir.
Después de leer el artículo “Ahora le toca al
Turismo” de Antonio Ortega Rojas, compañero de tertulia, y lo que dice en
él del Plan Director 2015/2022, observo que todas las iniciativas que se
describen, referente al turismo, están destinadas a hacer una ciudad más
atractiva “para el desarrollo de un turismo sostenible que sea una
fuente de recursos para las personas que habitan la ciudad”. Este
objetivo que, por sí solo, es acertado y loable, considero que sería más justo
y aceptado si se le cambiara el sentido y la prioridad: Hacer una
ciudad cómoda, limpia y atractiva para los portuenses, y así conseguir que el
visitante se sienta atraído y a gusto, con ganas de quedarse, como
cualquier vecino de El Puerto.
El Puerto tiene un atractivo indudable: sus playas,
sus pinares, su clima, su río y su puerto deportivo y, por encima de todo esto,
su gente. Ésta, su gente, se merece ser tratada, si no mejor, por lo menos
igual que el visitante. Para que así se sientan, necesitan unas calles limpias
– esta misión es cosa de todos los vecinos -, con aceras suficientemente anchas
para que puedan pasear cómodamente sin que se lo impidan los coches aparcados,
sin temor a que los arrastre el espejo retrovisor de los que circulan,
recreándose para admirar – si se pudiera apreciar la arquitectura y el
esplendor de antaño - las fachadas de los muchos palacios y casas solariegas de
su casco histórico, empapándose de su cultura. Pasear por la ribera del río,
libre de aparcamientos y derrelictos; ver faenar los barcos de pesca y
relajarse dando un paseo por la bahía en uno de recreo; solazarse en sus
terrazas, disfrutar de su gastronomía y degustar el vino de sus bodegas. Todo
esto se lo merecen sus vecinos. Si lo conseguimos, los que vengan nos tendrán
tanta envidia que desearán quedarse para disfrutarlo como nosotros.
Cuidemos y mimemos El Puerto. ¡Se lo merece y nos lo
merecemos!
Hagamos de El
Puerto una ciudad para vivirla y admirarla, no para criticarla negativamente.
Ignacio
Pantojo
Socio colaborador de Santa
Cecilia
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