ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (58)
Industrias Culturales y
progreso
El
concepto de Industrias Culturales y Creativas (ICC) despierta un gran interés a
partir de los años 90, a
raíz de que el Departamento de Cultura,
Comunicación y Deporte (DCMS) del Reino Unido lo utilizara como un medio
para relanzar la economía británica. Aunque no existe una lista universalmente
aceptada, suele considerarse como ICC a las artes escénicas y visuales, los
activos patrimoniales, el cine y vídeo, libros y prensa, diseño y publicidad,
entre otros.
Dentro
de la Estrategia de Lisboa 2020, la Comisión Europea ha publicado el Libro
Verde de las ICC con el fin de impulsarlas. En él se destaca su alta
dinamicidad y su alto potencial de crecimiento económico. Además, representan
una opción estratégica para aumentar la competitividad territorial gracias a su
impacto sobre la creatividad e innovación, y por el efecto “arrastre” sobre
otros sectores económicos, como el turismo.
En
España, la evolución global del sector cultural viene caracterizada por un
continuo crecimiento en el periodo 2000-2008 a una tasa media anual del 5,8% del PIB.
Estas expectativas de crecimiento se encuentran asociadas a la aparición de
iniciativas empresariales que se traducen en 70.109 empresas en el 2008 y que
generan una tasa de empleo muy superior a la media del resto de la economía
española. En el año 2008 se encontraban ocupados 568,8 miles de
trabajadores. La mayoría de estos empleos son ocupados por personal muy
cualificado, lo que influye en la generación de empleo de calidad, y favorecen
la inclusión social y la diversidad cultural.
Agencias
internacionales, tales como la Confederación de las naciones Unidas sobre el
Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organización de Naciones para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO), señalan que los cambios políticos,
económicos, tecnológicos y sociales a nivel internacional están generando
oportunidades para la creación de éste tipo de empresas. y demandan, por ello,
respuestas políticas tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados.
El
Libro Verde de las ICC también adopta esta visión y reclama a las autoridades
públicas acciones concretas que refuercen el papel de éstos sectores como
catalizadores de la innovación y del cambio estructural necesario que permita
hacer frente a la situación económica actual. En esta línea, el fomento del
espíritu emprendedor en las ICC, el acceso a financiación, el desarrollo de
nuevos conceptos de agrupaciones empresariales así como el apoyo al crecimiento
de las empresas son algunas prácticas que se demandan.
Sería
deseable que los gobiernos locales prestaran especial atención a dichas iniciativas
con el objeto de contribuir a la generación de productos y servicios culturales
y creativos que generen empleo y riqueza.
Dra. María Ángeles
Frende Vega
Profesora de
Organización de Empresas
Universidad de Cádiz
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