ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (106)
Impunidad sistémica
En mis
años de formación universitaria, gocé del privilegio de convivir en mi Colegio
Mayor de la Ciudad Universitaria con estudiantes de todas las regiones. Nuestro
entusiasmo colegial se enfocaba en la búsqueda de la autenticidad a través de
las actividades culturales multidisciplinares que se desarrollaban como
complemento a los estudios reglados que cursábamos en nuestras respectivas
Facultades.
Todo
aquel proceso formativo estaba orientado hacia un objetivo que nos marcaron con
fuego: asumir las responsabilidades que conllevan nuestros actos. Así nos
inculcaron, que previo a dar cualquier paso en la vida de cierta trascendencia,
es obligado un análisis pormenorizado de sus pros y contras, comparar costes y
beneficios así como nuestras debilidades y fortalezas para gestionar los pasos
a dar. A partir de este análisis, sin más demora, tomar la decisión oportuna y
apechugar con sus consecuencias.
Hoy día,
como espectador de lo que acontece, denoto que asumir las consecuencias de nuestros
actos o conductas es un valor en vías de extinción o al menos ferozmente
obsoleto. Así: pasar curso sin aprobar, pintar las paredes de los demás
(graffiti) y quedarse tan fresco, arrojar inmundicias al suelo y quejarse de la
limpieza municipal, suscribir una hipoteca y no asumir que hay que pagarla, violar,
en aras de la diversión, el descanso de
los vecinos con botellones ruidosos, contratar preferentes por sus altos
intereses y más tarde no querer saber nada de los riesgos asumidos, abandonar
los estudios básicos y después lamentarse de su baja cualificación para
encontrar trabajo etc. etc..
En la
terrible e incomprensible tragedia del Madrid Arena hay un sin fin de, causas, deficiencias e
imputados que la justicia castigará en concordancia con sus respectivas
responsabilidades, pero cabe preguntarse, ¿la estrechez del fatal pasadizo es
la principal causa que motiva el inicio de los empujones entre los viandantes
en ambos sentidos?, ¿está dentro de lo verosímil que en el origen de la bulla
presuntamente intervinieran hipotéticos maleducados
incapaces de autocontrolarse?
Vivimos en
una sociedad muy empapada de relativismo moral donde sus valores evolucionan en
virtud de las conveniencias. Esta moral tan ambigua, tiene mucho que ver con
los comportamientos irresponsables que nos han conducido a la crisis económica,
política y social que padecemos y de la que no saldremos si no asumimos las
consecuencias que se derivan de nuestros actos, empezando por pagar lo que
debemos de la manera más equitativa posible. Para paliar el paro sería
conveniente no asustar a los emprendedores que tienen capacidad de invertir,
teniendo muy presente que el objetivo principal de los inversores es ganar
dinero promoviendo negocios con riesgos asumibles, entre ellos los costes
laborales.
Joaquín Solís Muñoz-Seca
Académico
de Santa Cecilia
Magnífico artículo muy a cuento con todo lo que está sucediendo en España.
ResponderEliminarPor ahí van muchos de los tiros.
ResponderEliminarMuy bueno Joaquín, tienes más razón que un santo.
ResponderEliminarQue podemos esperar de unos gobernantes que han dado todo por bueno, hay muchisimos estudiates que no saben ni escribir, ni las cuatros reglas, se ha tolerado mucho y ahora bienen las quejas, pero en fin que Dios nos coja confesado. Muy bueno el artículo.
ResponderEliminarSuscribo punto por punto las puntualizaciones de mi vecino Joaquin. Es dificil modificar el comportamiento de un pueblo, pero una vez identificadas las debilidades presentes, al menos se puede tratar de superarlas.
ResponderEliminarArtículos como este debían diseminarse entre la población para que sirvan de reflexión.
Enrique Tapias