ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (128)

        Por qué leer hoy El Quijote

Una de las cosas que más admiro en Cervantes es su idea del jardín del espíritu como relación entre escritores y lectores, que me parece apasionante y certera. 

“Mi intento ha sido – dice en el prólogo de sus Novelas ejemplares -, poner en la plaza de nuestra república una mesa de trucos donde cada uno pueda llegar a entretenerse sin daño del alma ni del cuerpo (…) Horas hay de recreación  en que el afligido espíritu descanse. Para ese efecto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se cultivan con curiosidad los jardines.” 

         Esta definición ha guiado mi horizonte de escritor  a lo largo de mi vida. Cuando era joven quería, como es lógico, cambiar el mundo, y lo más rápidamente posible, y a ese destino tan ambicioso iban dirigidas mis obras. Las años - y las canas - hicieron que mi intento se fuera reduciendo de tamaño, y hace tiempo que escribo intentando ser sólo, a la manera cervantina, un jardinero del espíritu.

Cervantes establece  muchas veces en su obra un paralelismo entre el trabajo de los escritores y el de los jardineros,  ya que unos cultivan los jardines de la tierra para que se recreen los paseantes, y otros cultivan los jardines del espíritu con su escritura, con el mismo fin. Añadamos a este planteamiento su irónica y agridulce mirada sobre el mundo, la caridad constante que muestra por sus criaturas de ficción, la gracia y soltura del diálogo de sus personajes, y sus intentos de ruptura con los gustos establecidos. Y, por encima de todo lo anterior, nuestro escritor intenta defender siempre el derecho humano al fracaso, como hace en el Quijote de la primera a la última línea, a la vez que defiende una ética de la bondad en un mundo malvado. Altas palabras, alta filosofía, altos principios.



Por eso es un placer para mí hablar de Cervantes, un humanista beligerante en  búsqueda de las más auténticas dimensiones de lo humano en esta obra que ha sido toda mi vida una guía espiritual, a la vez que una fuente de placer,  cálida enciclopedia del saber y libro de fábulas e historias fantásticas para coger fuerzas para poder enfrentarme a las batallas de cada día, bálsamo de Fierabrás capaz de suavizar y mejorar las fiebres del cuerpo y las del alma.  El conjunto de voces amigas que desde él libro nos  habla, nos ayuda a alejarnos de la visión plana, seca, pequeña y unilateral a que nuestra percepción se ve sometida en la cotidianidad de cada día, ya que este libro es un espejo que nos devuelve una imagen de nosotros mismos, y del mundo, infinitamente mejor de la que vemos con nuestros ojos, por su realidad oscilante, su pluralidad de perspectivas, su ironía, su humor, su ternura, su juego, su caliente y viva imaginación, y su grandeza que nos abre paso hacia el rico y curativo mundo del imaginario. 


Cuando aparece la segunda parte de la novela tiene ya Cervantes 68 años, está en la miseria, enfermo, ha padecido desdichas de todo tipo, y ha recibido humillaciones sin fin en el ambiente literario y en la vida. A pesar ello, el buen humor, el ingenio y el donaire llenan las páginas de su Quijote, contagiando de esos bienes al lector que le disfruta.  

Por ello Don Quijote de la Mancha debería entrar en la lista de medicinas a recetar por la Seguridad Social, así el médico cuando fuéramos a quejarnos de nuestro melancólico hígado o nuestras endurecidas arterias, nos diría: “léase un par de capítulos cada día de este libro  después de comer, para relajar el espíritu y facilitar su doloroso contacto con la absurda vida que llevamos”. 

Leer hoy El Quijote es disfrutar de esa maravillosa oportunidad que tenemos de salir de nosotros mismos para entrar en este jardín del espíritu que es esa gran e inmortal obra. 
José Luis Alonso de Santos
Académico de Santa Cecilia 

Comentarios

  1. Qué idea más bonita, la del jardín del espíritu, para estos tiempos que corren, no sabemos adónde.

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  2. El que fuera célebre crítico literario y escritor inglés V. S. Pritchett decía ─hablando de H. G. Wells─ que en todos sus trabajos se encontraban «significados dentro de significados». Creo que esa idea es extensible a todas las grandes obras de la literatura universal y por supuesto al Quijote, claro. E incluso no dudo en considerar que puede ser aplicada a todas las otras artes. El Quijote es una obra plena de significados dentro de significados muchos de los cuales son intemporales, eternos.
    Me agrada pensar en el «jardín del espíritu» como en una hermosa metáfora de la cultura, pero de la cultura en el sentido tradicional que siempre se ha dado a este término y que en nuestra época está, casi, en trance de desaparición. José Luis Alonso de Santos nos impulsa a mirar la obra cervantina con nuevos ojos entrando en el jardín del espíritu.

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  3. Una lástima que la juventud de hoy conozca tan poco de don Quijote. Antiguamente en los colegios se hacían dictados del libro de Cervantes a diario y, a veces, los maestros nos hablaban de las aventuras de don Quijote y Sancho Panza. Yo creo que era bonito e instructivo.

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  4. Después de oír la magistral conferencia del Dr. José Luis Alonso, renuncio a cualquier referencia a Cervantes. Me quedo con el entusiasmo, el arrobo, el enamoramiento, sí el enamoramiento, que del Príncipe de los Ingenios hace el académico. Estoy convencido que, entre los asistentes al acto, se ha creado la necesidad de comprobar, cada uno en su edad, la actual interpretación del mensaje del genial escritor, volviendo a leer El Quijote.
    A.Boutellier

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  5. Una bonita y muy agradable conferencia, y ya tengo el libro a mi lado.

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  6. Con todo respeto, Alberto. Haces mal en renunciar a cualquier referencia a Cervantes. Tienes que escuchar a otros enamorados de Cervantes y de Don Quijote. "Dad crédito a las obras y no a las palabras".Posiblemente te lleves grandes sorpresas al tener la oportunidad de escuchar otras voces muy ilustradas.

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  7. Siento Maese Alonso, no haber precisado lo suficiente para hacerme entender. Mi renuncia se refería a cualquier comentario mio con respecto a la figura de Cervantes; creí que tras la excelente conferencia del Dr. Alonso, yo, solo yo, no podía aportar nada de interés en mi comentario. Por supuesto que en D.José Luis no termina la posibilidad de ilustrarme, sería como no haber entendido el mensaje que nos dio. Con todo mi afecto.
    A.Boutellier

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  8. Alberto,
    Créeme, tienes mucho que aportar.
    Estoy seguro que tu visión del tema resultará tan ilustrativa como la del Dr., incluso puede que un poco más.
    Muchas gracias por tu amable contestación.
    Por cierto, ? Cuál será El Lugar de la Mancha...?

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  9. Hola Marsé, me encantaría que tuvieses razón, pero no. A tu segundo párrafo, con todo el cariño, espero que sea una broma. Las gracias a ti, y por último, creo que ese Lugar de la Mancha, está en cualquier "lugar", pero ¿quién soy yo para decirlo?
    A.Boutellier

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  10. alberto boutellier22 de agosto de 2013, 11:17

    Dejo esta preciosa cita de Carlos Urzaiz:

    "Alonso Quijano murió, pero Don Quijote continúa vivo, ahora mismo está en algún lugar, disfrazado de hombre de nuestro siglo, confundiendo tal vez el reflejo de un tubo de neón con el plateado resplandor de un prodigioso cometa...Si le encontráis, por favor, no os burléis de él..."

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    Respuestas
    1. –No más refranes, Sancho, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en desierto, y "castígame mi madre, y yo trómpogelas".

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