DE NUESTROS COLABORADORES
EL FRÍO, LOS GATOS Y LA MANIFESTACIÓN
El
cálido otoño que hasta hace poco nos brindaba la naturaleza, era uno de tantos
espejismos que, en nuestra desazón, actúa como efecto placebo. La cruda
realidad se presenta de improviso y hace trizas el cristal con su azogue.
Implacable, ha irrumpido en nuestras
vidas la muestra de lo que será una larga travesía invernal. El frío. El frío
en los cuerpos, en los hogares, en los ánimos. El frío como paradigma de la
crisis de honradez, de solidaridad, de valores y que camina por senderos de
egoísmo. Estamos pasando, del nosotros y
la sociedad, al yo y mi entorno, y tal
vez, en el mejor de los casos, al yo y
mis circunstancias. Esta reflexión me ha aflorado al contemplar esta
mañana la imagen que acompaño.
Es una camada de gatos. Cuatro hembras
que se han quedado a vivir en el entorno
de mi casa. Desde su nacimiento, hace unos meses, han crecido sin tener que
asociarse. Las buenas temperaturas les permitían pasar la noche de caza y
dormitar en cualquier lugar, pero las bajas, han hecho que salte el chip de su
sentido asociativo. Son huraños, esquivos, asilvestrados e independientes, pero
han puesto en marcha el sentido común. Solos, se morían de frío, y su ingenio los
va a salvar de la crudeza invernal, al encontrar un lugar común que los aísla y
aprovechan todo el calor natural de sus cuerpos.
Esta
imagen me traslada a la sociedad de este país, y en particular a mi ciudad,
donde ayer pude contemplar, como trasunto de la escena de los gatos, el
comienzo del intenso frío que nos espera. La manifestación de una población que
une sus cuerpos para auto-protegerse. Que afronta con más ilusión que
convicción sus deseos de cambio. Persuadidos de que una voz unida es más
estridente que una aislada. Que la solidez de miles de personas dan más
sensación de fortaleza y que cuanto más unidos se sienten, crecen en seguridad,
en firmeza y en decisión. La pena es que ese acto unido y solidario, se
convierte en un nuevo espejismo. Tras la tempestad, llega la calma, y con ella,
el abatimiento, la desilusión y la incuria.
No pude asistir a la manifestación,
pero de corazón me sentí unido a ella.
Creo que el ejemplo de los gatos es aplicable. Unidos superarán el
invierno. Pero tendrán que organizarse para que unidos también, encuentren alimento para alcanzar una próxima
primavera.
©
Alberto Boutellier
Socio-colaborador
de la Academia
Buenos días, me gusta.
ResponderEliminarEl frio llega, y ahora es cuando más nos tenemos que arropar los unos a los otros... Buscar soluciones y ayudarnos mutuamente, aquí, en la primavera, en el verano y en todas las estaciones venideras.... BUEN POST¡¡
ResponderEliminarS.R.R.