ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (140)
JÓVENES CON TALENTOS:
¿VOLVERÁN?
No
existen estadísticas oficiales respecto al número de españoles que se han
marchado al extranjero desalentados por la deficiente o inexistente oferta
laboral. Es posible que algún familiar o conocido haya tenido la valentía de emigrar (en el mejor de los casos, a un país
europeo) para poner en práctica su amplia formación y sentirse útil en plena
juventud. Se sienten desmotivados viendo pasar los días sin oportunidades
laborales u ocupando puestos para los que están sobrecualificados. Además, es
probable que muchos de ellos no regresen porque no podrán tener un trabajo del
mismo nivel que desempeñan en el extranjero.
Es
cierto que la movilidad es positiva. Pero una cosa es desplazarse con una beca
o contrato de trabajo para completar su formación durante un tiempo determinado,
y otra muy distinta, tener que emigrar
forzosamente y con escasas posibilidades de retorno. En este caso, se marchan
en busca de sueños e ilusiones, financiándose los primeros meses con recursos
propios y compitiendo en el complejo mercado de trabajo internacional. Porque
seremos la “generación más preparada de España”, pero no de Europa ni de
América.
Pero
lo más trágico, y al margen de la inversión en educación que pierde España y
que aprovechan otros países, es el vacío personal que supone el estar separados
de sus familias y no ver de cerca cómo crecen a sus hijos; los cuales, y por
niñez, no entienden por qué sus padres no viven con ellos cuando no están
divorciados. El término medio en encontrar trabajo en el extranjero es de unos
5 meses y hasta que no se asientan profesional, y por tanto, económicamente, no
pueden plantearse la difícil decisión de tener que trasladar a su familia a una
cultura y forma de vida muy diferente para así poder estar juntos.
Y
todo lo anterior, como consecuencia de las decisiones tomadas por otra clase de
“cerebros” que dirigen nuestros designios y que se diferencian de los
anteriores, en que no tienen, en algunos casos, titulación universitaria, ni
posgrados, doctorados, ni experiencia profesional al margen de la política, con
un nivel de idioma bastante bajo y asumiendo responsabilidades para las que se
requieren más formación y especialización de la que aportan.
Sería
deseable, por tanto, que la crisis suponga una renovación total de esta clase
de “talentos” y que hicieran de España un país competitivo donde tengan cabida
también aquellos que se marcharon y aporten toda su experiencia y valía en la
generación de riqueza de su país.
María
Ángeles Frende Vega
Académica
electa de Santa Cecilia
También sería deseable una clara renovación en la calle Postigo para que la Academia sea lo que muchos de los portuenses queremos.
ResponderEliminarMis origenes en Postigo... evidentemente he querido decir Pagador.
ResponderEliminar¿Y si volviéramos al revés el argumento y pensáramos, como yo, que los que se van no son los mejores sino que los que son capaces de lidiar la vida en medio de una situación tan dura como la que vivimos en España son los auténticos héroes, la fuerza de España, los que tirarán del carro común que es España, en dos palabras LOS MEJORES?.No han huido sino que plantan cara a un presente áspero y lleno de peligros, no lloran sino que combaten.Seguramente de ellos es el futuro.
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