ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (295)
Ciudadanas invisibles
Dado la importancia de este tema, resulta
revelador que el colectivo de población de las mujeres con discapacidad no aparezca reflejado, o lo haga
escasamente, en las estadísticas generales y en las que se publican sobre malos
tratos específicamente desde las instituciones públicas. Esta falta de datos se
puso ya de manifiesto en el Foro Europeo de la Discapacidad (1997) donde se
llegaron a denominar “ciudadanas, invisibles”, al no ser considerada su
presencia como miembros de la sociedad.
A pesar de que existen escasas cifras precisas
que no alcanzan relevancia estadística significativa en nuestra sociedad, hay
evidencias que nos permite afirmar que las mujeres con discapacidad padecen
violencia de género y realmente el fenómeno existe, simplemente no se presta la
debida atención.
La violencia de género hacia las mujeres con discapacidad no se conoce o se conoce poco, y mucho menos, una parte importante de la población no es sensible al hecho de que, las personas con discapacidad motriz, sensorial, cognitivo-intelectual, psicosocial, también sufren injusticias sociales, y violencia de género. Hablar de mujer con discapacidad es, hablar necesariamente de una “repetida marginación”. Son mujeres “doblemente” golpeadas por muchas de las injusticias sociales por determinados sectores de la población. De un lado, por ser consideradas tradicionalmente como “discapacitadas” como sucede en el trato de inferioridad en los puestos de trabajo, aunque es poco habitual que lo tengan, en las percepciones salariales, niveles educativos...y, por otro, las propias por el hecho de ser mujeres, llegando a padecer violencia física, psicológica y sexual.
Además se encuentran en una situación de mayor riesgo
a la hora de sufrir comportamientos violentos, dado que sus posibilidades de
defensa ante un agresor potencial, muchas veces su cuidador, están limitadas,
padeciendo un fuerte temor a denunciar la agresión por miedo a perder
determinados vínculos de afecto y atención "qué
hago yo sin un hombre al lado, por lo menos cuando él me maltrata, ya sé hasta
dónde llega...me ha hecho daño, pero más daño es no
verlo...", testifica
una persona afectada.
Jineth Bedoya, periodista colombiana,
defensora de los derechos de las mujeres víctimas de la violencia sexual en su
país a la que con 26 años, tres alimañas secuestraron, violaron y la
torturaron, afirma que "Se puede
cambiar el mundo. Se puede cambiar el mundo de una mujer, necesitamos hombres y
mujeres que crean en estas mujeres"
Para que esta realidad cambie debemos
conseguir que las ciudadanas invisibles, se sientan visibles y partícipes de una sociedad justa y
asumir que se trata de un problema social que nos afecta a todos. Así se logrará
que se adopten medidas por las distintas instituciones, que refuten todas las
formas de explotación, violencia y abuso. Si ha llegado hasta aquí, siéntase
implicado, y reflexione en torno a lo que se puede hacer para erradicar la
violencia de género de modo que, con su contribución, se puedan obtener los
apoyos necesarios que permita mejorar su calidad de vida.
Antonio Leal Giménez
Académico de Santa Cecilia
Siete mujeres han sido asesinadas en lo que llevamos en mes de enero. Esta lacra ningún gobierno ha sido capaz de erradicar. Muchos artículos como este hacen falta publicar.
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