ENCUENTROS EN LA ACADEMIA(320)
Murillo. En su IV centenario.
La última gran exposición que pudimos ver en Sevilla
enfrentó cara a cara a los dos grandes genios de la pintura: Velázquez y
Murillo, o Murillo y Velázquez. Sé que muchos se acercaron al Convento de los
Venerables pensando que la comparación de estos grandes dejaría a Murillo en un
nivel inferior. Todo lo contrario. Ver sus cuadros junto a los de Velázquez ha
engrandecido su figura y su genio.
Este año se conmemora el IV aniversario del nacimiento
de Bartolomé Esteban Murillo. Este genial sevillano, huérfano desde los nueve
años, comenzó a trabajar en el estudio de Juan del Castillo. Su primer gran
encargo, en 1645, fue la serie de once lienzos para el Monasterio de San
Francisco el Grande. Pintor de niños (golfillos y mendigos que nos sorprenden
por su belleza serena) y de temas religiosos (Inmaculadas, Sagradas
Familias), fue también un gran retratista. El prolífero pintor trabajaba sobre
un andamio en la iglesia de Santa Catalina de Cádiz cuando sufrió una caída a
consecuencia de la cual falleció en 1682.
Pocos pintores han tenido una aceptación tan general
en vida como la que tuvo Murillo. Y tras su muerte, su fama hizo que su obra
fuera codiciosamente buscada por coleccionistas, lo que desperdigó su
producción. Por supuesto, no hay un museo importante del mundo que no tenga un
Murillo, pero también hay muchos cuadros en manos de particulares. La
religiosidad amable, que es la nota distintiva de la producción de este pintor,
lo convirtió en un pintor muy popular.
Este martes, la Academia celebra el nacimiento de
Murillo invitando a un experto conocedor de su obra, don Enrique
Valdivieso. Catedrático de Historia del Arte de la Universidad
de Sevilla y miembro de número en la Real Academia
Sevillana de Buenas Letras. Una parte muy importante de sus
estudios los ha dedicado a la pintura sevillana,
renacentista, barroca y de los siglos XIX y XX.
Entre sus principales publicaciones vamos a destacar hoy dos en
concreto, Murillo: sombras de la Tierra, luces del cielo
(1990) y Murillo, catálogo razonado de pinturas
(2011). Este último está llamado a ser una obra básica para cualquier
estudioso del gran pintor pues no solo recoge toda su producción conocida, sino
un número muy importante de obras hasta ahora inaccesibles.
Pero además, el profesor Valdivieso es capaz de hacer un retrato histórico de
la Sevilla del siglo XVII y del ambiente artístico que rodeó al pintor, "que supo introducir amabilidad, esperanza y alivio a las penas de una época desgraciada, en la que
la peste y el hambre asolaron la Sevilla de esos años negros".
No podíamos contar con nadie más preparado para
acercarnos al universo de Murillo.
Académica de Santa Cecilia
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