En memoria de José Cortés Jiménez (8 enero 1945 - 17 febrero 2023)

Ante la imposibilidad de publicar en su día en el blog de la Academia esta entrada, lo hacemos hoy con los honores que  merece nuestro Socio de Honor.


 

La Academia de BB. AA. Santa Cecilia siente la muerte de su Socio de Honor, José Cortés Jiménez 'Pansequito de El Puerto'.
El primer edil, Germán Beardo, ha declarado que: "siempre permanecerá en nuestra memoria y recuerdo con honra y orgullo, por su arte y sentimiento, pero sobre todo por su calidad humana sobresaliente y por ser referente de los grandes con mayúsculas del flamenco con una voz prodigiosa que quedará para siempre perpetuada en su obra, ostentando el título siempre por ser un renovador del flamenco. Sin duda, una pérdida irreparable para el flamenco, para la cultura y para la música nacional”.
Sus cenizas han sido trasladadas desde Sevilla al Cementerio Municipal de El Puerto de Santa María. El alcalde ha decretado un día de luto en El Puerto, con la bandera a media asta.


PANSEQUITO DE EL PUERTO, máximo exponente del flamenco actual.
Nació en La Línea de la Concepción, provincia de Cádiz, en el ámbito de una familia de tradición flamenca,
Es hijo de José Cortés Romero, Panseco de Larache y de Juana Jiménez Montoya de La Línea. Es hermano del bailaor El Pinto; padre del guitarrista José Cortés Arana, de apodo también Pansequito. Está emparentado con El Chocolate, El Quino y otros artistas del Campo de Gibraltar, cuñado de Salvador Cortés Núñez (EL Chigüi) autor de las poesías y poemas que canta y recita.
Pasó su niñez en Sevilla y posteriormente en El Puerto de Santa María, que le daría el apellido artístico de sus inicios.



CARRERA PROFESIONAL.
Su carrera profesional se inició en los tablaos de Málaga, pero en 1963, lo contrató Manolo Caracol para trabajar en su tablao madrileño de Los Canasteros.
Formó parte de la compañía de Antonio Gades, con la que cantó en países como Inglaterra, Hungría, Yugoslavia y Grecia. Tras este recorrido, volvió a Málaga para cantar en la Taberna Gitana, y posteriormente lo hizo en el Tablao Flamenco de Sevilla "Los Gallos"
El siguiente año estuvo trabajando en la famosa Venta El Gato de la capital de España.
En los últimos años participa habitualmente en el circuito de festivales andaluces y visita otros del exterior como de Mont de Marsan, en 2007.
Está casado con la también cantaora Aurora Vargas Vargas (Sevilla 1956) con la que comparte en muchas ocasiones los escenarios. Sus actuaciones junto al guitarrista Paco Cepero han alcanzado los máximos éxitos y tiene una amplia discografía junto a grandes de la guitarra como Juan y Pepe Habichuela, Gerardo Núñez, Enrique de Melchor, Tomatito, Parrilla de Jerez. 

Entre los premios que atesora el artista se encuentran:
2023. Nombrado Socio de Honor de la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia
2011.  El Flamenco Calle Alcalá Festival Bankia,
2011.  Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez,
2011. Giraldillo al Cante de la Bienal de Sevilla
2010. XXIV trofeo Compás del Cante en Granada.
2001. Nombrado hijo adoptivo de El Puerto de Santa María.
1985.  La Peña Flamenca "El Taranto de Almería" le concedió el Premio Lucas López
1974.  Premio a la Creatividad’ en el Concurso Nacional de Córdoba. Sobre este premio el flamencólogo jerezano Juan de La Plata ha dicho: "Por sonar distinto y traer un aire renovador al flamenco, ​

Entre sus últimas grabaciones, destacan
2012. Bulerías
2009 ‘Un canto a la libertad’ producido por Diego Magallanes en la que colaboran Moraíto, Miguel Poveda y Raimundo Amador.
2005. Bulerías a Joselito.
2001 ‘A mi bahía’
1997. Cultura Jonda III
1991. Suenan Campanas con la guitarra de tomatito

Muere Pansequito: "No me importa lo que digan" Flamenco en Canal Sur

CRÍTICAS:
Considerado como uno de los más grandes intérpretes del momento sus particulares connotaciones artísticas han sido dignas de comentario por los más destacados críticos. Lo que ocurre, es que su concepción de este estilo lleva implícito un especial barroquismo en algunos de sus tercios, más el compás natural no lo pierde, sino que lo adapta a su manera de hacer el cante."

El crítico César Muriel señala: «Indudablemente, Pansequito sabe del compás y su voz afillá se pasea admirablemente por los ecos jondos. Es esa su manera, dirías que aguardentosa, la principal distinción de su personalidad. Una garganta doliente que se pone en pie para cantar las fiestas, como esas alegrías que ahora son fuente principal de su repertorio, y en las que vuela y vuela por los tercios altos hasta caer en el compás exacto que mide la guitarra.

Ángel Álvarez Caballero, afirma: “Poco años antes de morir Camarón, éste me dijo que lo único que le interesaba del cante que oía entonces era lo de Pansequito”.

Paco Vargas, se explaya: «Uno de los grandes del cante gaditano actual, Pansequito sabe del compás y su voz gorda se pasea admirablemente por los ecos jondos: una garganta doliente que se pone en pie para cantar a la fiesta, como esas cantiñas que son bandera y enganche, que ahora son fuente principal de su repertorio, y en las que vuela por los tercios hasta caer en la medida exacta que marca la guitarra. Pansequito es un cantaor de los que aportan facetas personales al cante y tiene una voz singular, muy flamenca, única e inconfundible. Es cantaor que conoce todos los estilos, aunque los que no faltan nunca en sus actuaciones son las alegrías, las soleares y las bulerías; pero canta muy bien por seguiriyas, tientos, tangos, tarantos y fandangos. En las soleares y las bulerías lo consideramos un creador, ya que las hace distintas a todos los demás, con tercios extensos y ligados, que a veces semejan una especie de melodía monótona que, sin embargo, no resta belleza y grandeza al cante. Sus coplas, que llevan un cierto hilo argumental, cuentan historias que suelen tener un cierto fondo melodramático».


Pansequito de El Puerto, Teatro de la Axerquia, Cordoba

Pansequito sienta cátedra en JEREZ
Por mucho que te enseñen, hay que vivirlo. Esa es la verdad del cante según el difunto Agujetas. Y el temple y el buen hacer de Pansequito en la tarde de ayer en la Bodega Los Apóstoles en el Festival de Jerez parecía que iba sobrado de eso, de autenticidad, de verdad, de experiencia vital. Como cuando ves un actor en un película y te lo crees. Así es el cante flamenco. Y Pansequito estuvo pa que le dieran un Óscar de los de Hollywood.

No recuerdo ahora mismo haber escuchado unas alegrías más templadas y arrancando tan arriba. Se están escuchando unos ecos en los pocos días que lleva el Festival, que me da la sensación de que la pandemia ha dejado reposar muchas gargantas durante mucho tiempo; algo que no se podría haber dado durante la antigua normalidad. Y no sé si será eso, u otras razones, pero en general estoy escuchando muy buen cante y bastante sosegado. Autenticidad por los cuatro costados.

Por lo que esta ‘parada biológica’ que ha sido un desastre para la Economía de la Cultura, por otro lado deduzco que puede ser una de las razones de que los cantaores y cantaoras tengan sus instrumentos más relajados y descansados para transmitir esa fuerza y esos ecos que estamos sintiendo desde las butacas.

Y volvió pasar en Los Apóstoles… salimos con ganas de más, como el pasado viernes en el Homenaje a Caballero Bonald en el mismo escenario. Con esa curiosa sensación de la «miel en los labios», Pasequito continuó por soleá, con esa parsimonia que solo da el conocimiento, la experiencia. Además, estiraba los tercios con un semblante y un porte majestuoso. Y siempre tan elegante, Pansequito. Continuó por taranto… haciendo una aclaración: «Esta es la única música en el mundo que es nuestra, y no se puede perder». Desde luego, en el momento que lo dijo, dónde lo dijo y cómo lo dijo, sentó cátedra y llegó muy adentro la responsabilidad que tiene ahora la juventud con respecto a la continuidad del cante flamenco en particular, y el arte flamenco en general.

Muestra de que se estaba dejando la piel en el escenario, y en tan poco tiempo, fue el comentario que siguió: «A ver si alguien puede subir a echarme una mano». Y solo llevaba tres cantes, ¡pero qué manera de ejecutarlos! Demostró el poderío en los cantes a compás, así como en los de fuelle, de levante, como en el taranto. Después de las bulerías pa escuchar, fandangos para rematar a un público embelesado por el portuense.

Destacar también la maestría del joven Miguel Salado, que es precisa para poder disfrutar de un cante como el que demostró Pansequito anoche. Sonaban esos ecos antiguos de El Puerto, de Jerez, de Cádiz… Pansequito alberga en su garganta y en su conocimiento la verdad que encierra el cante, esa verdad que no se cuenta a nadie, como decía Agujetas.

Aurora Vargas y Pansequito fin de fiesta, Paris 1996

Gonzalo Díaz Arbolí
Académico de Santa Cecilia

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