La ciudad de los cien palacios. La Casa de la Contratación. EL PUERTO Y AMÉRICA

 

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Ayer, cuando volvía de la frutería con la compra, una joven pareja de turistas me preguntaron la localización de la Basílica Menor Nuestra Señora de los Milagros, llevo ese camino les respondí, mientras caminábamos juntos, me preguntaron por qué llamaban a El Puerto, la Ciudad de los cien palacios. Les respondí -quise con brevedad- (las frutas pesaban mucho), pero hablaba a raudales de las características de dichas viviendas, construidas entre los siglos XVI y XVII, producto de la empresa americana y el comercio con el nuevo mundo y cómo El Puerto fue el reflejo de la prosperidad y riqueza, gracias a los denominados “cargadores de indias”.

De hecho les conté, que aún se conservan más de un centenar de casas palaciegas, aunque lamentablemente el paso del tiempo ha hecho mella en muchas de ellas, pero otras permanecen intactas, en la actualidad la gran mayoría son de propiedad privada o pertenecen a comunidades de vecinos, si bien, hay algunas que albergan establecimientos públicos, las cuales pueden visitar.

Ya en la Plaza de España, les expliqué las características de la plateresca Puerta del Sol: Fue a partir de 1659, el nuevo maestro mayor de la villa, Francisco de Guindos, se hace cargo de la obra, levantando las bóvedas de crucería y abriendo nuevas capillas. De esta época es la espléndida puerta lateral llamada Puerta del Sol, realizada a la manera de fachada-retablo, donde se incluyen notables elementos decorativos de tipo plateresco. En el centro de una hornacina del cuerpo alto de la portada se aloja la imagen de la patrona de la localidad, Nuestra Señora de los Milagros, sobre el castillo de San Marcos, símbolo principal del escudo de la ciudad. El remate superior de esta portada es un ático de cornisa curvilínea con dos grandes óculos sobre el que se disponen las alegorías de las virtudes teologales, todo ello entre una profusa decoración de tipología plateresca, poco frecuente en esta zona. Se inauguró el templo reconstruido, aunque no definitivamente terminado, en el año 1671.

Para acceder a este notable y exhaustivo análisis estructural, AQUÍ.

Y de la inacabada puerta gótica tardía del Perdón y el bestiario como monumento literario: En el año 1493 el templo ya se encontraba abierto al culto, aunque aún tardaría años en concluirse. De esta primera etapa se conserva la fachada de los pies o Del Perdón, de estilo gótico tardío; quizás inacabada por A. Rodríguez, o puede que arruinada, como otras partes del templo, a raíz del terremoto de 1636.


Les aconsejé que fuesen a la Plaza del Castillo y visitaran, la más famosa y mejor conservadas: el Palacio de Aranibar, paradigma de las casas-palacio. También que leyesen el libro “Una ciudad mercantil en el siglo XVII. El Puerto de Santa María” de Juan José Iglesias Rodríguez, catedrático de Historia Moderna de la USE
Entonces recordé el magnífico artículo del profesor Iglesias que a continuación pueden leer.

 

Gonzalo Díaz-Arbolí
Académico de Santa Cecilia

Desde su fundación en 1503 hasta 1717, la Casa de la Contratación permaneció en Sevilla, erigida así en la capital económica del imperio español. Sin embargo, diversos factores, entre los cuales figuran las dificultades que planteaba el río Guadalquivir para la navegación de embarcaciones de creciente calado, aconsejaron el traslado a Cádiz de la cabecera de flotas a Indias en 1679 y, unos años más tarde, de la Casa de la Contratación.

Estos hechos tuvieron para Cádiz una extraordinaria repercusión. Cádiz jugó desde entonces y a lo largo de todo el siglo XVIII un papel de extraordinario protagonismo en las relaciones comerciales entre Europa y América, y se erigió en una de las principales urbes mercantiles de su tiempo. La ciudad vivió así una época de prosperidad, de la que participó también el resto de la Bahía, toda vez que el comercio colonial se revitalizó y cobró un renovado dinamismo.

Casa de Cargadores a Indias

El Puerto se benefició considerablemente de la nueva coyuntura atlántica. En la segunda mitad del siglo XVII se instalaron en la ciudad importantes familias de cargadores a Indias, algunos de los cuales alcanzaron altos niveles de riqueza. Durante buena parte del siglo XVIII, estos cargadores continuaron ejerciendo su actividad, a menudo combinada con la cosechería de vinos y aceite. Las fortunas que acumularon les permitieron ascender socialmente, alcanzar puestos en el cabildo municipal, levantar grandes casas y fundar ricos mayorazgos.

Pero las consecuencias del traslado a la Bahía del monopolio del comercio colonial no se limitaron a la formación de esta oligarquía de cosecheros y cargadores. La población de El Puerto creció, en la ciudad se asentaron nutridas colonias extranjeras, la actividad económica se multiplicó, la sociedad local se diversificó, menudearon las fundaciones religiosas y asistenciales, y El Puerto, en definitiva, terminó por convertirse en una de las principales ciudades de Andalucía y de España. La estancia de la corte de Felipe V en 1729 y en 1730 y el paso de la jurisdicción de la ciudad del señorío de los duques de Medinaceli a realengo en el primero de dichos años ratificaron ese estatus privilegiado que El Puerto adquirió en íntima relación con el papel que jugó en el comercio americano y en los negocios atlánticos.

Juan José Iglesias Rodríguez. Académico de Santa Cecilia

Comentarios

  1. Germán Martínez21 de mayo de 2023, 10:19

    Excelente entrada que, más que invitarnos, nos obliga a conocer el tesoro histórico que acumula El Puerto de Santa María, del cual nos adelanta un tentador aliciente con el video de la Puerta del Perdón y el Bestiario de la Iglesia Prioral y el de La Real Audiencia y el Consejo de Indias sobre la incidencia histórica, industrial y comercial tan pletórica que, en su momento, tuvo El Puerto y que tanta nostalgia nos acarrea ahora, ante el abandono, la desidia y la falta de interés a que actualmente se halla sometido este magnífico Puerto de Santa María.

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