El Barroco en España. Principales Monumentos
Los estilos arquitectónicos son conjuntos de rasgos formales y constructivos que reflejan la cultura y la tecnología de cada época, desde el Gótico hasta los estilos contemporáneos. Dentro de ellos, el Barroco español destaca por su enorme diversidad regional: no existe un modelo único, sino múltiples interpretaciones según cada territorio. Influido por la tradición herreriana, las corrientes italianas y el exuberante churrigueresco, el Barroco en España generó un patrimonio lleno de contrastes y soluciones creativas. El texto propone un recorrido por diez monumentos emblemáticos que muestran cómo este estilo se desarrolló y brilló en España, revelando también la identidad cambiante de la época.
1. La Catedral de Valladolid es una de las puertas de entrada al Barroco español.
Aunque sus raíces están en Juan de Herrera, a mediados del XVII la ornamentación empieza a flexibilizarse y se abre paso un nuevo impulso creativo. Es el ejemplo perfecto de ese barroco temprano que todavía mira a El Escorial, pero empieza a admitir licencias formales que anuncian el cambio de época. Una obra clave para entender cómo la arquitectura barroca se despegó, poco a poco, de la severidad herreriana.
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Juan Gómez de Mora firmó una de las obras más icónicas del patrimonio histórico madrileño: la Plaza Mayor. Aunque es un barroco contenido, su trazado monumental y su uso del orden gigante muestran la transición hacia un estilo barroco más expresivo. Es un ejemplo único de cómo el urbanismo también adoptó formas nuevas en la España del XVII.
3. La Clerecía de Salamanca — Majestuosidad y verticalidad
El Colegio Regium, conocido como La Clerecía, es uno de los templos más emblemáticos del Barroco español. Su fachada grandiosa y su juego de volúmenes reflejan ese barroco castellano sobrio pero monumental, que buscaba impresionar sin caer en el ornamento desbordado de otras regiones.
4. Catedral de San Isidro (Madrid) — La revolución de Bautista
Francisco Bautista entendió que la arquitectura barroca tenía que jugar con la luz, las sombras y la sensación espacial. La Catedral de San Isidro muestra esas innovaciones: órdenes gigantes, encadenamiento de huecos y una fachada que anticipa el carácter más dinámico del barroco tardío. Un edificio que demuestra la ambición de una ciudad que empezaba a dejar atrás el purismo escurialense.
5. Palacio del Buen Retiro (Madrid) — El barroco cortesano
Alonso Carbonell fue el artífice del Buen Retiro, esa gran obra del barroco palaciego promovida por los Austrias. Su Sala de Bailes —el Casón— conserva parte del espíritu original. Aquí se entiende bien el nacimiento del barroco cortesano, pensado para exhibirse y representar poder, un contrapunto interesante dentro del Barroco español.
6. Catedral de Granada — Un retablo hecho fachada
Alonso Cano llevó el estilo barroco a un lugar propio: abstracto, anguloso, casi escultórico. La fachada de la Catedral de Granada es una declaración de intenciones. Frente al interior gótico-renacentista, Cano construyó un exterior teatral, casi un telón retablo que muestra cómo la arquitectura buscaba emocionar.
7. Catedral de Murcia — Esplendor, teatralidad y Churriguera
La fachada principal de la Catedral de Murcia es uno de los grandes hitos decorativos del siglo XVIII. Un despliegue exuberante que representa la plenitud del barroco levantino, en sintonía con el auge churrigueresco. Un manual vivo de cómo los escultores-arquitectos llevaron el detalle ornamental hasta el límite.
8. Obradoiro (Catedral de Santiago) — La fantasía gallega
La fachada del Obradoiro, firmada por Casas Novoa, es uno de los edificios barrocos más celebrados del mundo. Gallego hasta la médula, combina curvas, volutas, balcones, vidrieras y una sensación ascensional que parece derrotar la gravedad. Es el barroco emocional, festivo y profundamente identitario de Galicia.
9. Plaza de Santiago en León — El barroco civil
No todo fueron templos: el barroco también dejó huella en edificios civiles. La Plaza Mayor de León y su consistorio elevan la arquitectura urbana a una categoría decorativa que antes no tenía. Otro ejemplo de cómo el estilo barroco transformó el espacio público.
10. Palacio Real de Madrid — El barroco de importación
Con la llegada de los Borbones, la corte buscó referentes franceses e italianos. El resultado fue el Palacio Real, construido por arquitectos como Filippo Juvarra y Sachetti. Es un barroco más académico, ordenado y solemne, que convive con la vena popular de los Churriguera. Dos almas que completan el mapa del Barroco español.
Arquitectura Barroca Española: Historia y diseños.
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Adrián Roque El Diario. es
7 de diciembre de 2025
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Gonzalo Díaz Arbolí










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