ENCUENTROS EN LA ACADEMIA (237)
De urbanismo y torres Para ampliarla pulsen con el ratón en la imagen En días pasados, la torre del que fuera palacio del conde de Arco Hermoso caía víctima de la desidia de los propietarios, de las autoridades municipales, actuales y pasadas, y del tiempo que no perdona ni a los hombres ni a sus realizaciones. Torres más altas han caído, podríamos decir, y es cierto porque en nuestra ciudad se han derribado palacios, en aras de una modernidad mal entendida, se han abandonado las fuentes de nuestro pasado urbanístico y se ha condenado la fisonomía de la ciudad a un pastiche neoisabelino que nada tiene que ver con nuestras raíces. Es cierto que los finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX fueron años de transformación del paisaje urbano y, sobre todo, años de consolidación de un gusto arquitectónico ya trasnochado y decadente en muchas ciudades. Asunto del que tuvo mucho que ver cierto arquitecto que estaba al frente de las licencias de...